En Salamanca, la combinación de muros de piedra, sótanos y clima frío favorece la aparición de humedades. Antes de reparar, es clave un diagnóstico profesional para elegir la solución correcta y evitar recaídas.
1) Síntomas y qué significan
- Mancha horizontal y salitre en zócalos: apunta a capilaridad.
- Moho en esquinas y ventanas: suele ser condensación por exceso de vapor.
- Manchas irregulares tras lluvia: probables filtraciones.
2) Pruebas de diagnóstico fiables
- Higrómetro y conductímetro: miden humedad y sales.
- Termohigrómetro: calcula punto de rocío (riesgo de condensación).
- Inspección constructiva: juntas, cubiertas, canalones, drenajes.
3) Soluciones por origen
Capilaridad
Corte de humedad por métodos de barrera o sistemas electrofísicos; siempre acompañado de revestimientos minerales transpirables en la zona afectada.
Condensación
Ventilación controlada, reducción de vapor en cocina/baño, corrección de puentes térmicos y control de HR (objetivo 40–60%).
Filtraciones
Sellado de fisuras, reparación de cubiertas y impermeabilización de paramentos expuestos.
4) Errores comunes
- Pintar sin diagnosticar: la mancha reaparece.
- Usar pinturas plásticas en muros con sales: descascara.
- No tratar el origen (drenajes, juntas, ventilación).
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¿Cómo saber si la humedad es por capilaridad o por condensación?
La capilaridad aparece como una faja horizontal con sales en zócalos; la condensación genera moho en esquinas y ventanas. Se confirma con mediciones de humedad, sales y punto de rocío.
¿Qué tratamiento es más eficaz para la capilaridad?
Detener el ascenso (barrera de corte o sistema electrofísico) y renovar los revestimientos con morteros minerales transpirables y pinturas al silicato, evitando pinturas plásticas.
¿Cuál es la humedad relativa recomendada en casa?
Entre el 40% y el 60% de HR. Por debajo hay sequedad; por encima aumenta el riesgo de moho y condensación.


